La Pedagogía Hospitalaria (PH) como campo de conocimiento tiene una historia reciente en nuestros contextos latinoamericanos y su origen estuvo asociada la Psicología Social como un mecanismo de atención a niños en situación de enfermedad y sus familias, debido a procesos prolongados de internación hospitalaria que provocaron su exclusión del sistema educativo tradicional y cuyos efectos fueron muy impactantes en el desarrollo de habilidades y aprendizajes de niños y jóvenes. Desde esta perspectiva nace la Pedagogía Hospitalaria como un mecanismo de “recuperación” de aprendizajes perdidos, como una forma de que los contenidos escolares “no se retrasen”; sin embargo, en la actualidad se reconoce su importancia desde una perspectiva mucho más amplia y compleja.
La colaboración interdisciplinaria entre psicólogos, pedagogos y personal médico es fundamental. Según López et al. (2022), un enfoque integrado no solo optimiza los resultados educativos, sino que también mejora la experiencia hospitalaria del niño, fortaleciendo su capacidad de enfrentar y superar los desafíos emocionales asociados con la enfermedad, el tratamiento y el manejo de la comunicación con su familia.